Cómo cuidar de la salud familiar en verano

Consejos para disfrutar del verano con salud, protección y seguridad

El verano es una estación fantástica, pero no está exenta de amenazas para la saludde los niños y de la familia. El calor, el mar, la piscina, los desplazamientos en automóvil… son sólo algunos de los factores de riesgo. Apunta las claves para evitar ahogamientos, otitis, cortes de digestión y golpes de calor, entre otros posibles problemas.

Aquí tienes una serie de consejos que te pueden ayudar a evitar disgustos en verano:

– En la piscina y la playa: el principal riesgo en playas y piscinas es el ahogamiento, aunque los baños prolongados también provocan otitis en los niños y las piscinas suponen un foco de infección de hongos.  Respeta todas las normas de seguridad para evitar ahogamientos y vigila que los niños lleven manguitos, chalecos o flotadores en correcto estado si aún no saben nadar. Para evitar la otitis, puedes usar tapones o secar los oídos muy bien al salir del agua. Procura que los niños no olviden ponerse calzado adecuado en la piscina y secarle muy bien los pies (también entre los dedos). Evitarás la infección de hongos.

– Cuidado con los golpes de calor: Evita exponerte al sol en las horas de más calor (entre las 12h y las 16h). Y vigila que tus hijos estén hidratados. Dales de beber más a menudo y opta por un menú con alimentos que contengan más agua. Si aún así nstas síntomas de un golpe de calor (mareos, door de cabeza, vómitos..), acude de forma inmediata a un centro hospitalario. Evita las insolaciones llevando siempre una gorra o resguardándote del sol bajo una sombrilla.

– Precaución en los desplazamientos por carretera: En verano aumentan los accidentes de tráfico. Los niños son los más vulnerables. Revisa que la sillita donde viajan es la adecuada y no superes los límites de velocidad establecidos. Descansa cada dos horas si el viaje es largo y ten a mano un cubito o bolsa por si los niños se marean.

– Extrema la higiene con los alimentos: Hay alimentos más propensos a estropearse por el calor. Es el caso de los huevos y los lácteos, pero también de la carne y el pescado. Vigila que no superen la fecha de caducidad y que la temperatura del frigorífico sea la adecuada. Limpia muy bien la cáscara del huevo antes de utilizarlo y lava todos los utensilios con los que cocines con más frecuencia.

– Cuidado con el sol: La piel de los niños es muy delicada. Si no quieres que se quemen, no olvides nunca la crema protectora y vuelve a dársela después de cada baño. También puedes evitar quemaduras si utilizan camisetas para protegerse del sol. Y no olvides las gafas de sol. Los rayos solares se reflejan en el agua, así que tendrás que tener más precaución cuando vayas a la playa y la piscina. Evitarás una posible lesión ocular.